

Mejorar la composición de los Consejos a partir de buenas prácticas de gobierno corporativo tales como formalización del Consejo, separación de cargos ejecutivos y del Consejo, entre otras.
Lograr que el Consejo tenga un papel más activo sobre la estrategia de la compañía, fortaleciendo la visión e incidencia estratégica a largo plazo.

Promover la independencia y diversidad de los consejeros mediante la incorporación de externos, no familiares, no ejecutivos, extranjeros y mujeres.
Garantizar la profesionalización de los consejeros y lograr una mayor idoneidad de perfiles con requisitos de experiencia, conocimientos y competencias.
Mejorar el funcionamiento y dinámica de las reuniones de Consejo.

Impulsar procesos de selección, evaluación y sucesión del CEO así como de la rotación de los mismos miembros del Consejo.
Evaluar el desempeño del Consejo y su impacto efectivo en los resultados de la empresa.
Propiciar una mayor participación de los consejeros, especificando funciones de gobierno y responsabilidades.

Mejorar la gestión y control de riesgos.

Aumentar las capacidades del Consejo mediante actualización, desarrollo y formación de los consejeros.